11 ene 2013

Debí abrir la puerta


Eran las tres de la mañana, yo estaba dormida en mi cama, cuando escucho el fuerte golpeteo a mi puerta, me levante lentamente, pues andaba muy cansada. Camine hasta llegar a la puerta, al abrirla no había nada, me moleste un poco pues habían interrumpido mis sueños. Me volví a acostar en mi suave cama, cuando volvieron a tocar, yo abrí la puerta con esperanzas de encontrar a alguien, pero me había equivocado, no había nadie, absolutamente nadie, solo un aire frio que hacía que me dieran más ganas de acostarme en mi cama y cobijarme hasta entrar en calor, trate de hacerlo, pero apenas iba a la mitad del camino y se escucharon los golpes contra la puerta nuevamente, pero ahora más fuertes, como si estuviera desesperado. Ya no quise abrir la puerta pues no quería que me jugaran la misma broma por tercera vez, entonces me acosté en mi cama y rápidamente me quede soñando. 

Al día siguiente desperté, como siempre iba al colegio, así que le hable a mi madre para que mi hiciese el desayuno, pero no contesto, posiblemente estaba dormida profundamente, entonces me hice el desayuno sola, me vestí y agarre mi mochila rosada, camine hacia la puerta que me había causado problemas anoche, la abrí. Apenas a cinco metros de mi se encontraba una gran cantidad de policías y gente haciendo un circulo, parecían que miraban algo, me dio curiosidad así que camine un poco más, para descubrir que mi madre estaba tirada en el suelo con grandes heridas, rasguños y sangre, estaba muerta.

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