11 ene 2013

Abuela. El ropero Cri Cri


Yo recuerdo a Kate como  una niña sonriente y sin prejuicio; recuerdo que solía vivir con su abuela y salir los fines de semana con su padre. 

Recuerdo que era mi amiga y jamás la volví a ver.

Kate vivía en la casa de lado, únicamente con su abuela; una mujer anciana con una amplia joroba en la espalda. Solía gritar todas las tardes dándole órdenes a Kate, que con gusto cumplía.
La conocí cuando apenas teníamos diez años de edad. A pesar de estar sometida a mucha presión y tareas domésticas, no parecía perder la sonrisa de su rostro o los rizos de su cabello.

Jugamos varias veces con el juego de té, y las muñecas que mi padre me había comprado, pero su abuela se reusaba a verla conmigo por más de treinta minutos. Kate solía mirar mis juguetes y disfrutarlos como si fueran suyos, ya que su habitación estaba vacía.

Por la noche escuchaba sus gritos y lágrimas, pues su abuela solía golpearla con un viejo trapo mojado, dejando en ella heridas rosadas que tardaban en sanar. Su padre nunca lo detuvo, porque él estaba consciente de que se trataba de “educación” para su hija.

Después de tres meses, su padre falleció. Al parecer, Kate nunca se enteró, pues nunca la vi sufrir por su partida.
El último día que vi a Kate, me entregó una hoja de papel raída y por primera vez la escuché hablar, me dijo que abriera la carta hasta el día siguiente y no le mencionara a nadie sobre su contenido. La dulce niña me miró a los ojos y comenzó a llorar sin gritos, sólo lágrimas.

Kate fue encontrada muerta tres años después dentro del ropero de su abuela. Murió por falta de aire, falta de alimento y falta de amor.
La carta que me entregó, no es necesario que la escriba, prefiero que la escuches.

Te pido que difundas su letra y no dejes morir a Kate, ella sigue conmigo y espero que pueda contar contigo. 

http://www.cri-cri.net/Cuentos/122.html

¡Toma el llavero abuelita
y enseñame tu ropero!
Con cosas maravillosas
y tan hermosas que guardas tú.

¡Toma el llavero abuelita
y enseñame tu ropero!
Prometo estarme quieto,
y no tocar lo que saques tú.

¡Ay qué bonita espada
de mi abuelito el Coronel!
deja que me la ponga
y entonces dime
si así era él.

Dame la muñequita
de grandes ojos color de mar,
deja que le pregunte
a que jugaba con mi mamá.

¡Toma el llavero abuelita
y enseñame tu ropero!
Con cosas maravillosas
y tan hermosas que guardas tú.

¡Toma el llavero abuelita
y enseñame tu ropero!
Prometo estarme quieto,
y no tocar lo que saques tú.

Enseñame tu vestido
que hace ruidito al caminar,
y cuentame cuando ibas
en carretela con tu papá.

Dame aquel libro viejo
de mil estampas, lo quiero abrir.
A los niños en estos tiempos
los mismos cuentos
nos gusta oir.




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