11 ene 2013

Gacy el payaso asesino



Sus vecinos nunca imaginaron que también torturaba, violaba y asesinaba a jóvenes a los que después enterraba bajo su propio jardín, en el que ocasionalmente celebraba multitudinarias barbacoas.
Gacy nació el 17 de marzo de 1942 en Chicago. Fue un niño enfermizo -solía sufrir desmayos-, del que su padre nunca se sintió orgulloso. Por el contrario, su padre, que era alcohólico, se refería a él como “bobo y estúpido” y a menudo le maltrataba. A pesar de no tener una infancia fácil, John logró graduarse en económicas y convertirse en un destacado hombre de negocios.
A los 20 años se muda a Las Vegas y empieza a trabajar en la funeraria Palm Mortuory. Es entonces cuando conoce a su primera mujer, Marlynn Myers, el padre de la que le ofrece un empleo gestionando un restaurante de la cadena Kentucky Fried Chicken.

Ya con 26 años empieza a sentir atracción por los menores de su vecindario e inicia su período de ensayo de sus crímenes. El joven de 15 años Donald Vorhees es el primero del que abusa Gacy, tras convencerle de mantener realciones sexuales con él mediante mentiras y sobornos. Más tarde, Vorhees le denuncia y Gacy contrata a Dwight Andersson, de 18 años, para que le propine una paliza y lograr así que no testifique en su contra. Pero Vorhees sigue adelante.
Durante la investigación, la policía descubre que Gacy también había violado aJohn Wayne Gacy, el payaso asesino Edward Lynch, empleado del Kentucky Fried Chicken que gestionaba al que además había atado y golpeado hasta dejar inconsciente, entre otros chicos. Por este motivo, en 1968 Gacy fue condenado a 10 años en un reformatorio de Iowa por los cargos de extorsión, sodomía y violación.
Esta condena le supuso la pérdida de su mujer Marlynn y de sus dos hijos, a los que nunca volvió a ver. Estando en el reformatorio falleció su padre y, a pesar de mostrar una conducta ejemplar, no le concedieron permiso para asistir al funeral.
Su buen comportamiento le sirvió para obtener la libertad condicional a los 17 meses de estar recluido y optó por volver a Chicago, donde mantuvo en secreto su homosexualidad, aunque no esperó mucho tiempo para volver a forzar a un joven. En esta ocasión, Gacy se libró de la acusación, ya que la víctima no se presentó para testificar.
En junio de 1972, John Wayne Gacy se casa con Carole Hoff, separada y con dos hijas. El matrimonio será breve y en 1976 se divorcian, ya que ella descubre que tiene revistas pornográficas de homosexuales y John le confiesa que prefiere tener sexo con chicos que con mujeres.
Sus crímenes
Gacy solía “cazar” a sus jóvenes víctimas en zonas para encuentros homosexuales –habitualmente en Bughouse Square, una zona sórdida y decadente en la que los prostitutos ofrecían sus servicios- o entre sus empleados. Con su consentimiento o habiéndolos dejados inconsciente mediante el uso de cloroformo, los conducía a su casa, donde los ataba, violaba y torturaba. Dedicaba bastante tiempo en la tortura de los jóvenes, apresándolos en una especie de garrote fabricado por él mismo y asfixiándoles hasta la inconsciencia, para esperar que volvieran en sí y volver a empezar. Finalmente los mataba y se deshacía de los cadáveres enterrándolos en el jardín de su casa o tirándolos en el río Des Plaines.
En marzo de 1978, Jeff Rignall deambulaba por la calle cuando Gacy, montado en su Oldsmobile, se paró a darle conversación y ofrecerle unas caladas de marihuana. Al parecerle un hombre amable, Rignall accedió a subir al coche, pero antes de que pudiera reaccionar, Gacy ya le había dejado inconsciente con cloroformo. Al volver en sí, el joven estaba en la casa de John, atado y siendo sodomizado con varios consoladores y un atizador de chimenea.
Cuando se hartó de él, Gacy lo dejó tirado en un descampado de Lincoln Park. Afortunadamente, Rignall consiguió sacar fuerzas para regresar a la casa de su novia. Tuvo que ser hospitalizado y sufrió daño renal permanente a causa de la gran cantidad de cloroformo que le aplicó Gacy: tras cada penetración, éste le dejaba inconsciente con dicha sustancia y, cuando volvía en sí, Rignall se encontraba en una nueva postura y escuchando lo que John decía que se disponía a hacerle. Aunque Jeff Rignall denunció lo sucedido, la policía no le hizo caso.
Robert Donnelly, universitario de 19 años, fue otra de las víctimas de Gacy que sobrevivió. Después de humillarlo y violarlo, John pasó toda la noche haciendo creer a Donnelly que lo mataría, primero jugando con él a la ruleta rusa con lo que resultó ser una bala de fogueo y después ahogándolo en la bañera una y otra vez hasta que quedaba sin conciencia. Finalmente, Gacy dejó al joven en libertad.
Aunque Robert Donnelly también presentó una denuncia, en esta ocasión fue el fiscal quien no quiso seguir adelante con la demanda, ya que creía que no era un testigo creíble: solía tartamudear y se encontraba en tratamiento psiquiátrico por el trauma causado por el ataque de Gacy, mientras que éste era un hombre respetado y querido por la comunidad.
La investigación
Hubo que esperar a la muerte de Robert Piest para que se iniciara la investigación policial que daría fin a los asesinatos de Gacy. El 11 de diciembre de 1978, Piest, un prometedor joven de 15 años, se encontraba trabajando en una farmacia. Gacy acudió allí para ofrecer consejos de mejora para el local y Piest pensó que quizá éste podría emplearlo en su empresa de construcción, donde ganaría algo más de dinero que en su puesto actual.
Al salir, le consultó la idea a su madre, quien había ido a recogerle, y recibió su visto bueno para dirigirse a hablar con Gacy, mientras ella daba una vuelta con el coche. Pero cuando Piest subió a la camioneta de John para hablar con él, éste le secuestró para llevárselo a su casa. Al día siguiente, Piest había muerto. La madre del chico acudió a la policía para explicar lo sucedido, logrando que se iniciara una investigación contra Gacy.
Cuando los inspectores entran en la finca de Gacy para registrarla, encuentran un extraño montículo de arena en el jardín. Deciden cavar en la zona y empiezan a hallar cadáveres. En total, desentierran 29 cadáveres. El forense de Cook encargado del caso, Robert Stein, especuló con la posibilidad de que algunas de las víctimas hubieran sido enterradas cuando todavía vivían.
También se hallaron algunas víctimas más en el río Des Plaines, sumando un total de 33 cadáveres. En un primer momento, Gacy confesó, aunque después se retractó, afirmando que en el momento de declarar se hallaba bajo los efectos de las drogas y el alcohol.
El fin de Gacy
Antes de que se iniciara el proceso en su contra,
 Gacy fue analizado por varios psiquiatras y psicólogos. Éste fue el caso de la Helen Morrison, una psiquiatra especialista en asesinos en serie, a quien Gacy aseguró que se encontraba poseído por otra personalidad, la de Jack Hanley, que le dominaba y obligaba a matar. Morrison, en cambio, no localizó en él signos de desdoblamiento de la personalidad.
El juicio contra John Wayne Gacy concluyó el 12 de marzo de 1980, cuando el jurado le declaró culpable de 33 asesinatos y fue condenado a muerte, ya que se le consideró mentalmente competente. Lo llevaron al corredor de la muerte de Illinois, donde pasó 14 años, durante los que se dedicó a pintar obras, sobre todo de temáticas circenses. También concedió entrevistas al FBI.
pintura echa por Gacy
pintura echa por Gacy
Finalmente, John Wayne Gacy fue ejecutado en 1994, cuando se le inoculó la inyección letal

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